Se puede considerar al feminicidio como un fenómeno social que expresa la violencia extrema hacia la mujer produciendo las siguientes consecuencias: 1) destrucción de maner brutal del entorno familiar, hijas e hijos huérfanos de ambos progenitores o cuidadores en un mismo acto; 2) grave alteración del desarrollo normal de las hijas e hijos y los familiares, de la comunidad y hasta del país; 3) significa como mínimo la perdida de la fuerza laboral de dos personas; 4) daños psicológicos severos o permanentes en hijas e hijos, familiares y hasta en testigos; 5) riesgo de perpetuación del modelo de violencia y de la pobreza.